El paso del estrecho de Gibraltar plantea cierta complejidad. Hay varias corrientes con direcciones diferentes: Del Atlántico al Mediterráneo en la zona central y en superficie, pero del Mediterráneo al Atlántico en profundidad. La corriente de superficie se ve afectada por la marea y el perfil de la costa (la bahía de Algeciras da a la corriente costera un movimiento circular y en la proximidad de Punta Europa y de Tarifa se unen corrientes contrapuestas que hacen que el mar "hierva"), además cuando hay vientos fuertes contrarios a la corriente se generan olas verticales que pueden llegar a ser más que puñeteras. Tras consultar las tablas y gráficas de las corrientes en función de la marea en Gibraltar salimos de Sotogrande a las ocho, varias horas antes de la pleamar para pasar a favor de la corriente. El día ha amanecido tranquilo, con poco viento, enfilamos hacia Punta Europa, y a medida que nos aproximamos a Gibraltar podemos ver que vamos con corriente a favor, un nudo aproximadamente. Gibraltar al fondo:
Cerca de Gibraltar se acerca al Estel una patrullera gibraltareña, como para marcar el límite de las aguas territoriales. Cruzamos Punta Europa, y notamos el efecto de "agua hirviendo", que dadas las buenas condiciones no es muy intenso. Vamos dejando la bahía de Algeciras al través, la corriente no nos ayuda, nos frena medio nudo. El tráfico de ferrys entre África y Europa es muy intenso, son barcos muy rápidos y hay que estar muy atentos, en cambio no vemos apenas mercantes. Una vez sobrepasada la bahía la corriente vuelve a entrar de popa, con mayor intensidad, (unos dos nudos), por lo que avanzamos rápidamente con la mayor izada y viento de Levante de unos doce nudos. Se ven las montañas de África por babor, pero no muy bien, la visibilidad es regular. El resto de la travesía es muy tranquilo hasta Tarifa, que hace honor a su fama: Ahora tenemos 20 nudos con rachas de 25. Vamos como una moto. La foto muestra la punta de Tarifa desde el Este:
El viento va disminuyendo a medida que nos alejamos de Tarifa y "subimos" hacia Barbate, donde calculamos entrar sobre las tres y media. Nos llama la atención el cambio en el paisaje, colinas suaves con bosques de un verde intenso, todo lo contrario de la costa de Almería,
Hacia el mediodia la pantalla del navegador muestra un intenso tráfico de mercantes pasando el estrecho:
El atardecer en Barbate:
A la noche cenamos como se debe en este sitio: Un monográfico de atún en sus diversas formas.
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